Enredaderas de Pensamiento. Parte III
Esta es la última entrega de esta serie de artículos en los que hemos estado hablando de qué es y de dónde viene el concepto de Jardín Digital, un espacio en internet en el que el conocimiento florece libre, y cómo podemos llevarlo al ámbito personal. En esta edición, toca hacer una última reflexión sobre estos espacios de pensamiento y sobre cómo podemos aprovecharlos, no sólo para construir nuestro propio jardín de conocimiento e ideas, sino de llevarlo un poco más allá y compartirlo con el mundo.
📚 La web como una biblioteca
Si recuerdas el concepto del memex tal como lo visionaba Bush, este artefacto no servía para publicar nada, sino que era una máquina interactiva de conocimiento personal.
Una biblioteca gigante en la que podríamos guardar copias de documentos e interactuar con ellos directamente y de todas las maneras posibles; anotando, editando, añadiendo enlaces, resumiendo, generando nuevas piezas, combinándolas, etc.. básicamente plantar semillas, recortar hojas, regar plantas y todas las analogías que se nos ocurran con la jardinería.
La web actual, sin embargo, no permite nada de esto. A pesar de que sus "padres" (o las cabezas de las que surgieron los primeros conceptos de la World Wide Web) la visualizaron como un espacio en el que poder anotar y enlazar, en la web que conocemos ahora mismo sólo tiene poder de decisión el escritor, que es el que decide qué contenido publica y quién tiene derecho a editarlo; nadie más que él.
Si, podemos comentar en su publicación. Podemos responder a su tweet o poner una reacción en su post de Instagram, pero esta respuesta no tendrá efecto alguno en el mensaje original, porque no estaremos interviniendo en él de manera activa, porque la web no está hecha para ser cambiada, anotada o editada por nadie más que por los creadores originales de ese contenido.
Y, como las plataformas y herramientas de redes sociales surgidas en los últimos años han propiciado aún más este tipo de modelo, la web se ha convertido en una conversación unidireccional; llena de discusiones y debates alrededor de ideas descontextualizadas, en lugar de haber crecido hacia un modelo de contribución colectiva al conocimiento general.
Pero existe una alternativa a esto, una manera diferente de interactuar con el conocimiento que sea abierta y que lleve en su core la colaboración.
Pensemos por ejemplo en una biblioteca física con gente leyendo, estudiando e investigando, o en un co-working en el que en cada silla se sientan diferentes personas trabajando en sus proyectos.
Y pensemos en cómo, en esos espacios, podríamos perfectamente simplemente mirar un poco más allá de nuestra propia mesa y observar lo que hace la persona sentada a nuestro lado; ojear su proyecto o su investigación y, de repente, encontrar que algo que ha hecho o pensado puede conectarse con tu propio flujo de pensamiento, o enlazar con el proyecto en el que estás tú trabajando. En ese momento, parte del conocimiento de esa persona interviene en tu propio proceso; tu trabajo pasa a estar, en parte, alimentado por el de la otra persona.
Y ahora piensa en el caso opuesto y en cómo tu trabajo o investigación podría activar la pieza que falta en el proyecto de quien tienes al lado, y esto multiplicado por todas las personas de la biblioteca.
La biblioteca es la web, y en este modelo, la web serviría —ya no sólo para conectar personas, como hace ahora— sino para conectar trabajo, para conectar conocimiento.
E igual que la web como una Corriente nos ha hecho más sensibles a estas conexiones humanas creadas y nutridas a través del mundo digital, la web como un Jardín colectivo nos serviría para conectar y construir pensamiento y trabajo en común, ampliarlo y mejorarlo entre todas.
🖋 Las herramientas
Ya existen algunas herramientas que han pensado en este concepto. Github hizo una gran labor enseñando a generaciones enteras de programadores los beneficios de las copias, de exponer tu trabajo en público y dejar que este se convierta en la semilla o el nutriente de otros. No en vano, el acto de crear algo distinto a partir de una pieza de código ya existente se lo conoce como “crear una rama”.
Ahora, con la aparición de nuevas herramientas de gestión del conocimiento, y el trabajo y las reflexiones públicas de figuras como el ya mencionado Andy Matuschack, estamos siendo testigos de un nuevo Renacimiento del pensamiento y de una nueva corriente que toma esos principios y los extiende a todos los colectivos que quieran unirse a su revolución; una revolución enfocada en construir conocimiento colaborativo, en ampliar las capacidades individuales de la inteligencia humana para mejorarla combinándola con la de todos aquellos que quieran formar parte de ella.
Puede que en los últimos años haya habido un cambio de paradigma en la manera en la que algunas personas ven la web. Cada vez más gente es consciente de la necesidad de tener un espacio en el que poder intervenir con nuestros propios pensamientos y reflexiones.
Empezamos a ver el sentido de tomar notas, igual que lo hacemos en un libro, pero en la web, y que estas notas mejoren o amplíen los temas sobre los que leemos.
En un esfuerzo por convertir la web actual en algo más parecido a la visión de Vannevar Bush o Ted Nelson, han aparecido extensiones y herramientas como hypothes.is o memex (ya sabes de dónde viene el nombre 😉), pero en realidad la tecnología a nuestro alcance hace posible que ahora mismo podamos construir nuestras propias herramientas de jardines digitales con un poco de imaginación.
- Por un lado tenemos la, ya conocida por todas, Roam, que podremos usar para hacer un modelo de nuestro cerebro volcando en ella todos nuestros pensamientos y reflexiones y, siguiendo los principios de las evergreen notes, empezar a ver cómo, con el tiempo, estos se interconectan con otros y poco a poco se va tejiendo una red cada vez más grande de pensamiento.
- Pero existe una alternativa gratuita (y algo más manual) a Roam, y en la que esta última está bastante basada, que es TiddlyWiki, basado en un sistema de wiki personal que nos permitirá recrear el concepto de jardín digital. Si esta opción te interesa, tienes un tutorial para empezar aquí.
- Para programadores o gente sin miedo al código, también he encontrado una alternativa para Gatsby.js, que parece que tiene su propia comunidad de fervientes jardineros digitales construyendo temas y plugins para la causa.
- Si estás familiarizada con Visual Studio Code, puede que te interese saber que con Foam puedes replicar algo bastante parecido a Roam (si, incluída la representación gráfica de la red de pensamientos) pero gratuito y open source.
☝️ Mis recomendaciones a día de hoy (Junio 2022)
Aunque escribiré un post en un futuro cercano hablando en detalle de cada una; en qué se diferencian y para qué podría ser mejor una o la otra, aquí va una recomendación a grandes pinceladas si quieres meter la cabeza en el mundo de los Jardines Digitales y empezar a construir el tuyo propio, ya sea privado o público.
A no ser, por supuesto, que te motive especialmente meterte con código y hacer algo 100% personalizado (en cuyo caso me remito a las referencias de arriba) merece la pena que eches un vistazo a las más conocidas y accesibles ahora mismo; Logseq u Obsidian. Si ya estás familiarizada con Notion y quieres seguir usándola, esta última también vale perfectamente.
OBSIDIAN
Obsidian ha hecho últimamente las delicias de muchos porque, además de soportar los backlinks (esos enlaces bi-direccionales que básicamente lo que nos permiten es enlazar unas notas con otras en las dos direcciones para crear esas conexiones entre ideas) está basada en lenguaje Markdown, lo que la convierten en una opción altamente portátil y segura para nuestras notas.
LOGSEQ
Si es tu caso, puede que te interese echarle un ojo a Logseq. Visualmente mucho más amigable y, por lo tanto, con una curva de aprendizaje menos pronunciada. Se basa en los mismos principios que Roam a la hora de tratar el contenido, tanto a nivel de estructura como de conexión. Esto quiere decir que su unidad mínima es el bloque y no la nota, lo que hace que, a la hora de escribir, se sienta diferente a otras interfaces más tradicionales, pero que para personas que funcionan en un modo de pensamiento más estructurado puede ser muy útil.
Aunque es muy parecida a Roam tanto en interfaz como en funcionalidades, es gratuita y open-source (y, si me preguntas, con mejores expectativas a día de hoy que la primera) así que si alguna vez quisiste probar Roam y te echó para atrás el precio, te aseguro que Logseq va por muy buen camino para acabar convirtiéndose en mainstream en los próximos meses 😉
NOTION
Y por último, también podrías hacerte tu propia versión de Jardín Digital en Notion, y es que esta herramienta también tiene una funcionalidad de backlinks integrada que, aunque no es tan potente y fluida como en las otras opciones, nos da también la posibilidad de empezar a conectar conceptos y entretejer ideas. Si combinamos estos backlinks con las relaciones entre las bases de datos, aunque por ahora no lleguemos a la visualización de nuestros pensamientos como en una red (ya que no tiene integrada ninguna visualización de grafo) podemos recrear un modelo de nuestro propio jardín en la herramienta.
En el siguiente artículo veremos, precisamente, una aproximación sencilla de cómo podríamos replicar este concepto y sus fundamentos en Notion.
Gracias por leer!
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