Substack. ¿Merece el hype?
Hace sólo unos días, Substack nos sorprendió a todas con Notes, la apuesta de la plataforma por el contenido en formato corto que, según algunos, podría poner en peligro a Twitter (más de lo que ya se está poniendo ella sola).
Este lanzamiento se suma a una lista de cada vez más funcionalidades de recomendación interna, que hacen de Substack una herramienta cada vez más llamativa para la gente que se está planteando empezar una newsletter
(me atrevería incluso a decir que hay gente que “se abre un Substack” incluso aunque no tenga clara la parte de “newsletter”)
Pero ¿es realmente Substack la mejor opción para ti?
Desde hace varios meses —y siempre partiendo de que soy muy fan de la herramienta— me voy dando cada vez más cuenta de que Substack, a pesar de estar en el imaginario colectivo como una herramienta para Creadoras, no está realmente enfocada a cualquier Creador/a.
Hoy por fin me siento un ratito a contar el por qué.
Por si te sirve para reflexionar si verdaderamente es lo que necesitas y qué otras alternativas puedes valorar si no es así.
Substack. ¿Merece el hype?
En la última edición comenté que hace poco esta newsletter cumplió 2 años.
No sé si lo sabías, pero yo en realidad empecé toda esta movida en Substack.
En aquel momento en absoluto era el bombazo que es ahora, pero que a mí me vino al pelo para lo que quería hacer; una newsletter en la que contar los progresos de Aprende Notion y todo lo que iba pasando.
Jamás en mi vida había siquiera intentado crear una newsletter y yo esto quería hacerlo en una tarde, por eso de aprovechar el momentum (y porque en esos momentos estaba en plena “validación” de una idea, no quería perder el foco con otra cosa)
Configuré Substack en un par de horas y al día siguiente ya estaba la primera edición en el inbox de las 113 personitas que se habían apuntado para saber más.
Entonces lo máximo que podías hacer era ponerte un logo y cambiar el color de los botones.
Escribías, publicabas, eso llegaba al buzón de la gente que se hubiera suscrito y podían compartirlo fuera de la plataforma.
No había recomendaciones, ni la opción de enseñar testimonios de suscriptores como ahora, o poner enlaces a otras cosas, mucho menos crear podcasts paralelos o tener varias publicaciones en un mismo perfil.
Podías elegir si la newsletter era de pago o no. Fin.
En USA era la promesa para que escritores, periodistas y, en general, gente que se ganaba la vida escribiendo o divulgando en formato escrito, pudiera hacerlo sin intermediarios.
Apoyarse en su audiencia/personas interesadas en lo que tuvieran que decir para —con el tiempo— poder vivir de lo que escribían cobrando directamente de esa audiencia.
Substack era —y en cierto modo sigue siendo— el ejemplo perfecto de plataforma para Creadoras.
☝️ Una herramienta accesible (económica y técnicamente) a todo el mundo y no sólo a gente con conocimientos de programación o grandes negocios.
✌️ Que te da el “ownership” de tu audiencia, pudiendo tener contacto directo con ella en tus términos (en este caso, sus emails)
🤟 Que permite generar ingresos que vienen directamente de esa audiencia y no de ads o patrocinios.
Hay ejemplos de personas que facturan cifras bastante interesantes escribiendo en Substack, o que han podido dimitir de sus trabajos en empresas, consultoras o medios de comunicación y se han convertido en su propio medio.
Pero a pesar de todas las razones super válidas de arriba, si te has planteado en los últimos meses cambiarte a Substack o empezar una newsletter ahí, es muy posible que no haya sido nada de esto lo que hayas tenido en mente en primer lugar.
Es probable que, en cambio, estuvieras pensando mucho más en sus efectos de red.
Y es que, en los últimos meses, la plataforma ha ido construyendo un mecanismo de recomendación interno que puede llegar a suponer que más del 70% del crecimiento de una lista ocurra sin que el autor/a mueva un sólo dedo para atraerla.
🎡 Substack y los efectos de red
Parte de este sistema consiste en que, sólo por ser usuaria de la plataforma, puedas recomendar otras newsletters dentro de la misma red de Substack.
No me voy a meter ahora en todo el nitty gritty pero, en resumen, lo han montado de manera que sea muy fácil:
✦ Que alguien que tiene una publicación pueda recomendar otras newsletters (lo que hace que recomienden mucho).
✦ Que las personas que leen esa newsletter vean de manera clarísima qué otras publicaciones recomiendan sus autoras favoritas. Esto pueden hacerlo desde fuera pero, lo que está generando la mayor parte del crecimiento en las newsletters ahora mismo, es lo que pasa cuando alguien se suscribe a una de esas newsletters que, a su vez, recomienda otras 👇
✦ Y es que, si te descuidas, el mismo Substack te “auto-suscribe” a esas recomendaciones por lo que, si una newsletter con mucho tirón recomienda a su vez dos o tres publicaciones más, por cada nueva persona que se suscriba a esta primera newsletter acabará, probablemente, suscrita a todas las demás que recomiende.
Ya sabemos lo que pasa con esto.
La prueba social, combinada con un mecanismo de descubrimiento, genera loops de crecimiento inesperados.
En mi caso personal, puedo decir que han llegado a entrarme 100 suscriptores en una semana exclusivamente de recomendaciones de otras personas. Y ni siquiera tengo ya la newsletter en Substack 😳
Esto ha provocado que cada vez más gente se esté creando una newsletter en Substack.
Porque lo han visto como la mejor oportunidad para crecer una lista de suscriptores sin tener que dedicarle tiempo al marketing.
Y es que en muchos casos, sólo el hecho de ser autor/a en Substack y de conocer a más gente ahí, ya tiene premio.
— En estos momentos te visualizo abriendo una nueva pestaña de tu navegador, metiéndote en Substack y, si no tenias ya una newsletter ahí, pensando en nombre para la que vas a crearte ahora mismo. —
Pero ¿merece la pena el cambio a esta plataforma o crearse una nueva cuenta aquí únicamente por la facilidad para crecer que puedas experimentar dentro?
🏗️ Crecer vs. escalar
Antes de ponernos a pensar en esto, me gustaría exponerte un segundo las diferentes categorías (muy amplias y con brocha gorda) en las que creo que podría caer una newsletter.
🛒 Newsletters para ecommerce / DTC. Newsletters destinadas a transformar a leads de una tienda online en clientes o fidelizar a aquellos que ya tienen.
💼 Newsletter para servicios. Agencias o negocios con tickets altos que requieren de un proceso más o menos largo de venta y que normalmente implica alguna funcionalidad de CRM.
💌 Newsletter para Creadores/as. Personas que tienen un negocio que que se basa en gran medida de lo que escriben en esa newsletter, que la usan para ofrecer sus productos, formaciones o servicios de coaching o que, directamente, venden la newsletter como producto. (las newsletters indie o “de autor” también entrarían aquí)
Yo me centro siempre en la 3.
Es dónde yo misma me incluyo y es dónde creo que el grueso de personas leyendo esto también están, ya que esta misma newsletter está dirigida a ese tipo de perfil (tengan o no newsletter aún 😉)
Y ahora quiero recuperar la definición de Creador/a que compartí hace un par de años, cuando estábamos empezando a hablar sobre la Creator Economy:
Una Creadora, en esta nueva economía, es aquella persona que decide escalar sus habilidades para convertirlas en un negocio.
[…]
Creas algo de la nada e inviertes tiempo y ganas en hacerlo crecer, en hacerlo mejor […] Estás sentando las bases de algo
que tiene potencial para crecer y convertirse en un proyecto serio, tu proyecto.
[…]
Si crees en tu proyecto y en sus posibilidades, no basta sólo con hacer, generar más contenido de manera infinita. Si lo que quieres es tener impacto, tienes que escalar.
Escalar es, aquí, la palabra clave.
Tener la voluntad de construir algo sostenible (esto es: que ayude a otros, te haga sentir plena a ti y te genere ingresos suficientes como para poder mantenerlo) y ser capaz de apoyarte en tu individualidad, tu audiencia y las herramientas a tu disposición para hacerlo.
🌈 Substack y los Creadores/as
Así que pongamos que te consideras a ti misma Creadora, en esa definición de alguien que ha decidido escalar sus habilidades para convertirlas en un negocio.
¿Cómo responde Substack a este objetivo?
Esta es la pregunta que me hice yo cuando decidí empezar a escalar y llevar lo que había estado haciendo un poco más allá.
Llegar a más gente, entender mejor a esas personas y diseñar una oferta que aunara sus necesidades con lo que yo podía dar a cambio.
Y Substack no me permitía hacerlo.
Porque Substack, en realidad, no está hecha pensando en todos los diferentes tipos de Creadores/as que hay, sino sólo en un perfil muy concreto.
Aquella persona cuyo objetivo principal es escribir y quiere vivir de eso.
Incluso así, Substack no lo pone del todo fácil. Veamos por qué.
1. No te permite apoyarte en tu individualidad.
Una Creadora se apalanca en todo aquello que la hace única.
Esto, como ya hemos visto, se trasmite en la manera que tienes de explicar conceptos, de trasmitir ideas, de tomar algo que ya existe y darle una vuelta pasándolo por tu filtro.
Pero a tu alrededor también hay elementos visuales que te hacen diferente, que forman parte de tu identidad. Colores, texturas, imágenes, si usas o no emojis, cuáles y en qué contexto..
Todo esto también forma parte de esa identidad y cómo te sirve para generar ese sentimiento de “reconocimiento” antes incluso de empezar a hablar o escribir.
Substack apenas te permite un mínimo de control sobre todo esto más allá de poder poner un logo a tu publicación y elegir un par de colores y tipografías.
Y tiene sentido. Por dos razones:
I. De nuevo, quieren que te centres en escribir (y esta es la tónica que vamos a ver repetida muchas veces en todo lo que yo pueda contar aquí hoy)
II. Si escribes en Substack, eres Substack Writer. Puedes tener un logo distinto y hasta ponerle un nombre a tu newsletter, pero no van a hacer nada por dejar que tu perfil se diferencie del resto de personas en el pool de Substack Writers.
Esto tiene muchas implicaciones y se ve en muchas de las decisiones que toman como producto.
Por ejemplo, el SEO.
Si. Tu puedes escribir en Substack, que llegue al inbox de las personas suscritas y, además, indexe en Google, lo que es maravilloso para que te descubran.
Pero las personas no llegan a tu web, llegan al dominio de Substack.
De nuevo, si lo que quieres es tener un blog y ya está (desde el punto de vista más tradicional, como una especie de diario público) estupendo.
Pero si lo que quieres es, además, «construir un imperio», estás regalando tu autoridad a una plataforma externa. Lo estás haciendo en un terreno que no te pertenece y que puede desaparecer.
Y, si pensamos en «construir», hay otra cosa que Substack no te permite hacer.
2. No te permite introducir a las personas en tu mundo
Una de las características de la Creator Economy es como cobra más importancia tu historia personal, tu camino y como lo compartes, que tu expertise en cualquier tema.
People follow people. Y en muchas ocasiones preferimos conocer el background de un proyecto, aquello por lo que pasa la persona que está detrás, que todos los conocimientos que podría tener.
Buscamos la conexión, y en Substack esta conexión es más difícil de crear y mantener.
Para mi, por ejemplo, era muy importante que cuando la gente se suscribiera a mi newsletter, no recibiera de golpe el email que me tocara enviar esa semana, sino que supieran qué estaba haciendo allí, por qué escribía sobre eso (teniendo en cuenta que habia muchas posibilidades de que se hubieran unido pensando que iba a hablar al 100% de Notion) y qué podían seguir encontrando.
Esto puedes hacerlo con un mail de bienvenida en Substack, pero para mi no era suficiente.
Yo quería hablar sobre las Grandes Ideas alrededor de las cuales orbitaba todo aquello sobre lo que pienso en público (como son varias y a veces la conexión no es tan obvia, sentía que debía esa pequeña introducción)
Es my probable que tú no necesites esto porque no tengas que explicar ese universo o puedas contarlo en un sólo email. En ese caso, quizá eso para ti sea demasiado.
Pero también es posible que tu newsletter trate sobre una cosa concreta y quieras hacer una pequeña intro sobre aquello de lo que hablas.
Llevar de la mano a la gente que se une e ir introduciéndolos en una serie de conceptos clave que crees que deben conocer para que, cuando reciban tus emails en tiempo real, verdaderamente estén ya “preparados”.
(👆 si eres una Creadora que que vende formaciones o productos o comparte su expertise sobre algo, puede ser muy útil)
Substack no tiene esto en cuenta porque su target de usuarios no necesita “educar” a su audiencia.
Sus usuarios son las personas al otro lado, las personas que escriben.
Como escritor/a de la plataforma, a día de hoy, no puedes automatizar este tipo de acciones para que corran de manera paralela a lo que tú vas escribiendo.
Esta imposibilidad de automatizar ciertas acciones, aunque parece una tontería, es una de las principales razones por las que es posible que se te acabe quedando corta, entre otras cosas por lo siguiente.
3. No puedes añadir niveles de valor a tu oferta
La Creator Economy supone dejar de depender de donaciones puntuales o patrocinios para entrar en un modelo en el que es la audiencia la que te paga directamente.
En Substack, poder vivir de lo que escribes supone tener una audiencia descomunal que esté dispuesta a pagarte los, digamos, 7-10€ al mes a cambio de que tu sigas escribiendo semana a semana, manteniendo el churn a raya y, a la vez, luchando por conseguir más personas dispuestas a pagarte.
Por eso, cuando hablaba de las oportunidades para las plataformas en la Creator Economy, mencionaba que estas debían permitir a los creadores poder añadir diferentes capas de valor a su oferta para poder atender a las diferentes necesidades/niveles de engagement/pricing points.
Dar acceso exclusivo a una comunidad privada, vender productos o incluso acceso directo a ti como Creador/a con sesiones individuales.
Para esto no sólo necesitas poder integrar estas diferentes herramientas juntas, sino conocer los diferentes segmentos de tu audiencia para saber cómo construir esa pirámide de valor dependiendo de sus necesidades u objetivos y aquello que tú puedes ofrecer a cambio.
Substack no permite ninguna integración.
Por no tener, ni siquiera tiene API disponible que te permita poder conectarla a otras herramientas o plataformas e inyectar así esos extras en una suscripción de pago.
Si así fuera, tampoco ofrece un mínimo análisis sobre de dónde vienen tus suscriptores ni ninguna funcionalidad de segmentación que te ayude a conocer quién está realmente detrás de lo que escribes y de qué manera puedes ayudarles mejor.
👉 Conclusión: No puedes escalar
Substack es una muy buena herramienta para empezar a escribir en público.
No sólo es fácil de configurar y se centra en dejarte escribir sin pedirte mucho más, sino que —como ya hemos visto— está haciendo un muy buen trabajando encargándose de que el número de ojos leyéndote no deje de crecer.
Pero tener muchos ojos ≠ tener su atención. Y vivimos en una realidad en la que la Atención no es sólo el mejor (y más escaso) recurso que tenemos como Creadoras; también es la moneda de cambio en esta nueva economía.
Quizá no sea tu caso, pero si quieres de verdad poder construir algo sostenible en torno a ti y tus habilidades, necesitas la atención de la gente, saber responder a ella y ser capaz de seguir haciéndolo en el tiempo.
Incluso si ahora mismo sólo tienes una newsletter “para probar” (y creo que no hay nada más maravilloso que tener esa posibilidad al alcance de la mano de todas), si de verdad esto acaba resonando contigo, si de verdad se convierte en ese Proyecto Principal, vas a necesitar monetizarlo de una manera que te permita poder seguir haciéndolo.
De nuevo, esto pasa por ser capaz de escalar lo que haces.
✦ Diversificando tus fuentes de ingresos para no depender de una única publicación, en una única plataforma, en un solo tier de precio y con una única oferta. Creando cursos, vendiendo sesiones individuales, ampliando tu portfolio según tus intereses e inquietudes cambien.
✦ Sistematizando y automatizando ciertos procesos que, por un lado, mejoren esas ofertas (secuencias bienvenida o de seguimiento, automatizaciones post-compra..) y que puedan funcionar sin que tú estés presente.
Con Substack, a no ser que tu modelo de negocio se base enteramente en escribir y que la gente te pague por ello, no vas a poder escalar.
Y, si no puedes escalar, en realidad no tienes un negocio; tienes un trabajo.
— Comparte esto en Twitter✨
En tus propios términos, con libertad creativa y con potencial para llegar a mucha más gente, pero sigues jugando con un techo; en este caso tu propia capacidad/ganas para seguir “generando” semana tras semana “contenido” que mantenga la atención de las personas que te leen, aunque luego Substack se encargue de que entren más.
🗒️ Notas finales
A pesar de todo lo de arriba, creo que Substack ha hecho (y seguirá haciendo) muchísimo por las actuales y futuras Creadoras ahí fuera.
Ha bajado la barrera de entrada a empezar a compartir ideas en público de muchísimas personas, e incluso metido el gusanillo de escribir en otras.
Como alguien que ha trabajado muchos años diseñando productos digitales, también admiro mucho el trabajo de mejora constante que hay detrás.
De ahí a creer que es la herramienta ideal para todo el mundo sólo porque ahora mismo es muy fácil crecer en ella hay un mundo.
Piensa en tus objetivos, en qué necesita ahora mismo tu proyecto (o, si no quieres migrar a futuro, piensa qué crees que necesitarás en el medio-largo plazo).
Valora otras alternativas. Yo uso ConvertKit* porque me permite hacer todo lo anterior, pero también está beehiv, a medio camino entre esa y Substack que, por un precio algo más bajo, te da un poco más de control que Substack.
🐝 Sobre beehiv: tiene ya unos cuantos meses, pero ha sido recientemente cuando ha empezado a posicionarse como alternativa muy seria a Substack.
Tiene una versión gratuita pero las funcionalidades interesantes vienen pagando (de nuevo, pregúntate hasta qué punto es importante tu newsletter en tu negocio y si estás dispuesta a hacer esa inversión) 👇
No sólo tiene un sistema de recomendación interna sino que, a diferencia de Substack, ofrece analíticas para saber de donde viene tu audiencia, funcionalidades de segmentación básica e incluso su propio sistema de referidos.
🍒 *Sobre ConvertKit: Hace unos meses expliqué por qué me cambié a esta plataforma y, sobre todo, el proceso de razonamiento que seguí, por si quieres echarle un ojo.
Desde entonces, han desarrollado su propia plataforma de recomendación interna y, en el tier superior, también puedes crear un programa de referidos. No tienes límite de segmentación ni automatizaciones como en beehiv y, sobre todo, tiene unas opciones de personalización increíbles.
Yo aún no he empezado ni a rascar la superficie, pero si que la he usado lo suficiente como para creer firmemente que ahora mismo son la mejor plataforma de email marketing para Creadoras o, por volver al comienzo, cualquier persona que quiera escalar sus habilidades para convertirlas en un negocio 👌
Gracias por leer!
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