¿Eres agua o eres gaseosa?
Llega el verano y eso implica algunos cambios para la gente que hace cosas en internet.
Por un lado, un bajón importante del engagement en todo lo que es inmediato y síncrono (oh, the horror 😱).
Por otro lado, una oportunidad para parar, ver lo que hemos hecho hasta ahora y usar esa pausa para observarlo desde diferentes perspectivas.
Puedes aprovechar ambas circunstancias dependiendo de la fase en la que estés (o tus objetivos):
✦ Apalancarte en la pausa que puedan hacer otras cuentas más grandes y ya “establecidas” e intentar llenar el espacio que dejan con tus contenidos.
✦ Aprovechar ese impass para hacerte preguntas nuevas e ir bocetando un nuevo escenario, o simplemente pequeños ajustes en el mismo.
(Digo que depende mucho de la fase en la que estés porque no es lo mismo haber estado todo el año a tope y querer seguir exprimiéndote en verano solo por llenar un hueco, que estar fresca y llena de ideas y usar esta época para testarlas.)
Pero para mí es sobre todo cuestión de objetivos. Mirar un poco a largo plazo.
Porque tu objetivo puede ser, simplemente, crecer.
Aumentar el número de seguidores en Twitter, TikTok o Instagram. Aprovechar que son formatos rápidos y fácilmente viralizables en cualquier época del año y que tú tienes más tiempo libre para dedicárselo.
Llegar a cuántas más personas mejor sin preocuparte demasiado si esas personas a las que estás llegando se alinean contigo y lo que tienes que ofrecer.
La «pesca de arrastre» de toda la vida.
Tiras la red, esperas y que entre lo que tenga que entrar.
Como con esta técnica entra tanto pez, malo será que alguno no salga bueno (o que le acabe interesando lo que dices)
Si estás empezando, esta sería la opción más lógica y sencilla 🤷🏻♀️
Pero tu objetivo quizá no sea crecer en poco tiempo, sino que tenga que ver más con impactar a largo plazo.
No sólo escalar, sino construir algo en el camino.
Eso complica un poco las cosas. Porque no es lo mismo alcance que profundidad.
No es lo mismo llegar a mucha gente que dejar una marca. Y, normalmente, no son fácilmente compatibles.
No puedes ser agua y, a la vez, gaseosa.
La gaseosa sube muy rápido y queda muy bien en las gráficas (queda preciosa en nuestro ego también) pero es cosa de un instante. En seguida pierde fuerza y acaba bajando.
El agua, por el contrario, se extiende y permea. No llama la atención pero gota a gota va calando.
Crecer mucho y muy rápido es un chute de motivación porque ¿a quién no le gusta ver recompensando el resultado de su esfuerzo en seguida?
Pero crecer muy rápido en poco tiempo tiene otras implicaciones.
No puedes mantener esa velocidad de manera constante sin que se acabe resintiendo lo que dices.
Aumentar tu alcance (crecer mucho) significa llegar a mucha gente.
Y esto es muy difícil hacerlo cuando pasas un tiempo considerable trabajando tu mensaje. Tienes que seguir produciendo, seguir estando ahi, publicando sin parar para que el algoritmo no se olvide de tí y tu puedas seguir siendo top of mind.
Es como la comida rápida. Para llegar a tanta gente en poco tiempo necesitas hacer cosas sencillas, altamente palatables y fácilmente transportables.
Eso pasa por reducir las complicaciones, quitar aristas, disolver.
Y, cuando disuelves tu mensaje, llegará más lejos pero será más difícil que resalte entre la multitud, entre los otros miles de mensajes similares compitiendo por los mismos pares de ojos.
Puedes subir mucho, porque no pesas. Esta ligereza es buena si tu objetivo es seguir subiendo; basta con que sigas quitándote lastre, estandarizando tu discurso, recurriendo a lo que ves que funciona a otros.
Pero la ligereza tiene una contra, y es que no puedes dejar huella.
Estarás llegando muy lejos, pero sin ninguna profundidad.
A mucha gente, pero quizá no la que necesitas, o la que tú quisieras.
Porque la profundidad lleva más tiempo, tiene que trabajarse más.
A la contra, va a tener más peso, va a llegar más hondo y, con paciencia, va a calar más.
El tiempo de cocinado necesario para que tu mensaje acabe calando lo hace incompatible con el crecimiento rápido.
En ese tiempo te vas a dejar peces por el camino. Muchos.
Pero también es posible que los peces que lleguen sean exactamente aquellos que tu receta necesita.
Así que si quieres aprovechar estas posibilidades que se abren en verano de alguna forma y te estás preguntando qué hacer, piensa un poco a largo plazo y pregúntate qué quieres ser.
No en las próximas semanas, sino en los próximos meses o años.
¿Vas a querer ser agua o gaseosa?
Gracias por leer!
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